@PeugeotArg
Un concept car que rompió el diseño deportivo, por la utilización de nuevos materiales y por una mecánica híbrida con un propulsor diésel HDi V8 de 600 CV.
Sucesor de una saga de deportivos como el Quasar o el 908, el Peugeot Onyx incorpora a su particular y atractiva línea la combinación de dos materiales: el carbono y el cobre.
Por un lado el carbono conforma gran parte de su carrocería, mientras que por otro, uno poco o nada habitual en la carrocería de un coche, el cobre, creando así esa doble tonalidad que tan bien le sienta al Onyx.
En su interior materiales no demasiado habituales en la automoción. Su habitáculo se ha hecho en fieltro, en una sola pieza, sin recurrir a costuras ni pegamentos, aportando un extra en confort allí donde se necesita medianta la inserción de espuma bajo el fieltro. Una sensación unificada y una curiosa propuesta la de los asientos.
El tablero recurre a otro curioso material denominado como Newspaper Wood. Transmite la sensación de madera, pero no lo es, se trata de periódicos usados compactados y tallados. Aluminio y carbono se encuentran también presenten en numerosos detalles, poniendo un toque extra de tecnología a bordo con la proyección en la parte superior de las imágenes captadas por las cámaras de los retrovisores.
Las dimensiones de este Peugeot son 4.65 metros de largo, 2.20 metros de ancho y 1.13 metros de alto, con un coeficiente aerodinámico de 0.30 y un peso de 1.100 kg, de los cuales 100 kg pertenecen a la estructura. Para los cristales y el techo transparente, se ha recurrido al PMMA, polimetacrilato de metilio mientras que para la estructura del Onyx se ha recurrido al caPMMArbono monolítico.
Más allá de su peculiar unión de materiales y de su atractivo estético, el Peugeot Onyx hacía gala de una mecánica híbrida en la que quedaban unidos un motor diésel V8 3.7 HDi de 600 CV y un motor eléctrico de 80 CV para un conjunto de sólo 1.100 kg.
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