#seguridadvial #accidente #siniestro
– seguridad vial una problemática cotidiana
– el siniestro ocurrió en Gran Bretaña
Algún día tenía que pasar, y pasó nomás hace 118 años. Allí comenzaron los flagelos registrados en la historia del automóvil. El pasado 12 de febrero se cumplieron 118 años de la primera fatalidad producida por el primer accidente automovilístico mortal que se tenga antecedentes.
Varios historiadores discuten si efectivamente fué el primero, pero el tiempo le ha otorgado esa condición al ser el «primero efectivamente reseñado» con detalles por la prensa local.
El accidente ocurrió el sábado 12 de febrero de 1898, cuando el empresario Henry Lindfield, de 42 años, viajaba en su cuatriciclo junto con su hijo, un menor de 18 años, desde Londres hasta la entonces aledaña localidad de Brighton. La combinación entre el mal estado de los caminos, la falta de pericia, y las inexistentes medidas de seguridad, ni activa y menos pasiva, hicieron que el conductor pierda el control en una larga bajada y el carro impacte contra un árbol.
Ambos pasajeros fueron trasladados a un hospital londinense (vaya uno a saber cuánto tardaron los servicios de emergencia en retirarlos del lugar del hecho). Al Sr. Lindfield hubo que amputarle una pierna, al quedar esta aprisionada entre el motor del auto, el volante, y el árbol claro!. No obstante ello, no fue posible salvarle la vida, ya que falleció al día siguiente. Mientras tanto su hijo fue lanzado fuera del móvil saliéndo casi ileso del siniestro.
Con este siniestro podemos individualizar cuales son las principales causales cotidianas, que se mantienen en la corriente del tiempo de los accidentes automovilísticos: el exceso de velocidad (si bien los vehículos eran lentos, Lindfield iba en bajada y los frenos eran tan primitivos como las medidas de seguridad de la época) y la inexperiencia en situaciones imprevistas.